Seguridad
En días de aumento de la violencia y tantos peligros, un aspecto básico que debemos tener en cuenta es la seguridad. Tomando como ejemplo al Salmista David, debemos orar así: “Y tú, Señor, ¡no me niegues tu ternura! ¡Que siempre me protejan tu amor y tu verdad!”. El amor de Dios elimina el miedo. El amor de Jesucristo por nosotros hace con que Él nos cuide, mire por nosotros y nos proteja. En Cristo podemos tener la certeza de que el dicho es verdad: “¡Quien ama, cuida!”
Oremos: Dios, que Tu amor y Tu fidelidad me mantengan seguro de todos los males y me protejan delante de las dificultades de la vida. Creo en esta verdad y pido en nombre de Jesús. Amén.
“Y tú, Señor, ¡no me niegues tu ternura! ¡Que siempre me protejan tu amor y tu verdad!” (Salmos 40:11)